miércoles, 9 de enero de 2013

Las respuestas dadas a la cuestión de la religiosidad humana


La religiosidad del ser humano ha sido una constante ya desde el paleolítico. El hecho es que la humanidad ha sido religiosa en su totalidad a lo largo de toda su historia e incluso lo sigue siendo en el tiempo presente.

No pretendo aquí responder a la pregunta sino más bien plantear las distintas respuestas que se han ido dando al tema desde distintas posturas ideológicas y filosóficas. Así, y sintetizando, distinguiríamos las dadas por:

EL RELIGIOSO CREYENTE: Es la posición "emic" propiamente dicha, del que enjuicia su propia creencia desde el punto de vista del mismo sistema de creencias en el que se halla inmerso. Como "criatura" se siente creado y, como tal, entra directamente en comunicación con los entes sobrenaturales sobre los que proyecta sus creencias. Considera que su fe es un don otorgado por los dioses que en un momento determinado revelaron a determinados visionarios y profetas el origen del mundo y el sentido de su existencia.

Auguste Comte
EL POSITIVISTA Concibe la religiosidad como un problema gnoseológico y que, ante la carencia de unos conocimientos científicos y racionales adecuados acerca de la naturaleza, el hombre pre-racional se vale de fantasías para comprender el funcionamiento de la naturaleza. El avance de la ciencia implicará el paulatino abandono de las supersticiones pre-científicas y su sustitución por una concepción del mundo racional y positiva.

FEUERBACH: Pensaba en síntesis que la religión implicaba la alienación del hombre en dioses y seres sobrenaturales creados por el mismo hombre a su imagen y semejanza  y que solo destronando a esos dioses y colocando en su lugar al hombre se logrará el equilibrio humanista y el fin de la alienación, quedando la religión, palabra que procede del latín, "religare" (reunir) , como un asunto entre hombres y no entre hombres y dioses
Ludwig Feuerbach

EL MARXISTA Concibe la religión como un problema de alienación de la realidad humana: los hombres crean de forma inconsciente dioses que los someten y los dominan, como expresión del dominio que ejerce la naturaleza sobre el hombre en la producción social de su existencia. Las sociedades estratificadas en clases afianzan este extrañamiento construyendo dioses similares a los déspotas y sátrapas que los subordinan y la religiosidad sólo podrá ser superada una vez que se superen las relaciones de producción clasistas y los hombres entren en contacto entre sí y entre la naturaleza de forma diáfana, eliminándose las brumas y opacidades de la conciencia religiosa.

EL EVOLUCIONISTA: Piensa que la religiosidad ha sido una adquisición ventajosa desde el punto de vista de la selección natural, ayudando a la supervivencia de nuestra especie, la religión se adecúa a las estructuras cognitivas y de percepción, de modo que con la visión proyectiva que suministra la óptica religiosa, el hombre  ha podido afrontar problemas y resolverlos ventajosamente. Desde este punto de vista dios residiría en el cerebro e incluso en los genes, de modo que la superación de la religiosidad no sería posible dado que se encuentra incorporada fisiológicamente en el hombre, es decir, forma parte integrante de la naturaleza humana.
Carl Jung

EL PSICOANÁLISIS DE FREUD Y JUNG. Freud ligó la religión al problema de la represión y sublimación así como a la rebelión y asesinato del padre, lo cual habría producido un posterior arrepentimiento y deseo de restablecer la figura paterna sublimándola como Padre Celestial. Jung, por su parte, construye su teoría de los arquetipos, como estructuras profundas elaboradas en el subconsciente colectivo que reproduce mitos homólogos y análogos de naturaleza religiosa en todo el planeta.

NIETZSCHE. Bueno, para terminar, Nietzsche enfoca particularmente su visión de la religión y la religiosidad en dos religiones, la judía y la cristiana, concebidas, sobre todo la segunda, como una creencia propia de esclavos y espíritus débiles y gregarios, incapaces de autodeterminarse por sí mismos en una ética superior.
Friedrich Nietzsche

Bueno, aquí queda más o menos planteado el tema, que quizá admita más matices aunque en el fondo sintetiza lo que es la religión y la religiosidad desde el punto de vista de los distintos ateísmos modernos y contemporáneos.

La perspectiva evolucionista es, desde luego, un buen punto de partida, aunque tampoco debemos dejar atrás nuestra naturaleza social y cultural. En la actualidad se ha reabierto de nuevo el debate entre la sociobiología y el culturalismo y un punto central es el de la "Tabla Rasa" de la mente humana (Os recomiendo un ensayo del psicólogo experimental norteamericano Stephen Pinker, con ese mismo nombre).

Si bien el paradigma culturalista que percibe nuestra mente como una pizarra en blanco a la que la educación e interacción social va llenando de contenido - de ahí el concepto tabula rassa - hunde sus raíces en el pensamiento de la ilustración, por su parte, el sociobiologismo, de la mano de las nuevas técnicas de experimentación de las estructuras cognitivas del cerebro, relanza nuestra naturaleza animal y la idea de que nuestras instituciones culturales residen en el cerebro.

El ateísmo de Nietzsche no era un simple ateísmo contemplativo e interpretativo, era un ateísmo de combate, una afirmación de la vida frente a las tinieblas y la tenebrosidad.
Enterramiento neandertal

Por otro lado, las creencias del hombre primitivo no son propiamente religiosas sino pre-religiosas, mágicas, y la magia no se entendía como un culto sino como un arte, como una intervención en el curso causal de los acontecimientos encaminada a obtener un provecho. Casi todas las intervenciones mágicas parten de un principio de lo analógico (algo parecido a la homeopatía) basado en la idea de que con lo análogo se interviene sobre lo análogo.

En cuanto a los enterramientos o la costumbre de echar flores sobre las fosas, solo tenemos datos, se sabe que los neandertales enterraban a sus muertos y se han encontrado restos de pólenes que indican que arrojaban flores. Pero resulta precipitado obtener conclusiones sobre presuntas creencias sobrenaturales, tambien es posible - así lo apunta Marvin Harris - que el enterrarlos fuera para evitar los olores de la descomposición y putrefacción o que las flores se arrojaran como un ambientador.

Acerca del pensamiento del hombre primitivo y su sentido de lo religioso es bastante curiosa la anécdota contada por  Andrew Lang (Mitos, cultos y religión) a propósito de un misionero llamado Robert Moffat. Los bosquimanos del suroeste de África creen en un mito que nos revela que los hombres y los animales salieron de una cueva o de una grieta a la superficie terrestre en una parte del norte donde aseguran ver aún las huellas que dejaron los primeros hombres y animales.

El citado misionero les indicó que ese mito era absurdo y les narró la historia de la creación del Génesis. Lo que no esperaba es que los nativos encontraran igualmente absurdo el relato de la creación: "Ustedes no estuvieron en el paraíso y no pueden saber lo que había ocurrido allí, mientras que nosotros podemos encontrar en la arena las huellas del primer hombre"

Se trata de un tema que no es nada baladí y su complejidad es tal que requiere para contextualizarlo el concurso de distintas áreas de estudio. la historia, la antropología, la sociología, la psicología cognitiva y experimental, la biología evolucionista y, para algunos, la genética y el psicoanálisis.

Las distintas explicaciones dadas han sido enumeradas por separado, pero eso no significa que no puedan ir juntas complementándose las unas a las otras, pues el hombre no busca a través de la religión solo la comprensión del mundo y los nexos causales de los fenómenos naturales (visión positivista) también quiere comprender el sentido de su propia existencia, su destino, su Yo, busca dotarse de un sentido tanto a sí mismo como al mundo que le rodea. Desde que adquirió conciencia de su realidad y finitud afiló una mente profundamente proyectiva e intencional, dotando de proyección e intencionalidad no solo a sí mismo, sino al mundo de los objetos que lo rodean.
Noosfera

Existe otro aspecto: el de la noología. Me explico. La idea de noosfera o mundo de las ideas es relativamente reciente, se la debemos al paleontólogo jesuita francés Pierre Teilhard de Chardin. Cuando las ideas se desvinculan de su productor acaban adquiriendo vida propia e incluso adquiriendo una objetividad que acaba imponiéndosenos incluso de forma implacable. Así que si conectamos el mundo de las ideas con el concepto de alienación (o sus distintas variables, enajenación o extrañamiento) encontramos una de las bases de la existencia de los entes religiosos: númenes, espíritus, dioses y Dios.

Nuestras ideas acaban adquiriendo vida propia, como la criatura del Doctor Frankenstein, desligándose de las conciencias que las han creado y sometiéndonos a sus caprichos, imponiendo nos normas, rituales, sacrificios e incluso comunicándose con nosotros. ¿Existen los dioses? Desde una perspectiva platónica, en tanto que ideas que se independizan de nuestra conciencia, existen, desde luego.
Gautama Buda

Es que no se debe confundir religiosidad con creencia en dios o con creencia a secas. Una cosa es que todos los creyentes sean religiosos y otra muy distinta que todos los religiosos tengan que ser creyentes. Religiosos ateos te los puedes encontrar en todas partes e incluso, ¿por qué no? religiones ateas, pues el budismo y el jainismo en oriente y los cuáqueros en occidente, siendo religiones cargadas de espiritualidad, prescinden del dios personal rector del universo y aunque el mismo Gautama (Buda) admitía la existencia de dioses, estos eran mortales, como los hombres.

Tampoco vamos a caer en el holismo y asegurar que cualquier devoción humana es una religión. Devociones y obsesiones las tenemos a patadas en la sociedad actual: por el fútbol, por la política, por el arte, los móviles,  o cualquier hobie absorbente como el coleccionismo de coches, sellos, ...,  
Culto a los Kim en Corea del Norte

El caso es que aún encontrando muchas connotaciones y similitudes con las religiones no son religiones propiamente dichas. Aunque nos podemos topar con fenómenos sorprendentes como, por ejemplo, tras la muerte del sátrapa coreano Kim Jong Il, el despliegue profundamente religioso con llantos programados o el hecho de que ese sea el único país del mundo donde el Presidente vitalicio es un muerto, su antecesor y fundador del Estado, Kim Il Sung, ante cuyas imágenes es obligatorio postrarse de frente y orarle en señal de veneración.

En cualquier caso, el chip religioso lo tenemos puesto y muy bien puesto y lo activamos a la primera de cambio, solo hace falta que nos presenten al objeto a venerar: en torno a Elvis Preley se ha construido una religión, algunos de sus seguidores aseguran que está vivo, y sus devotos, al igual que los musulmanes con la Meca, peregrinan anualmente a Tenessee, lugar donde está enterrado, con Camarón de la Isla pasa un tanto igual, incluso ves pegatinas con la leyenda "Camaron Vive", igual que Jesucristo, las coreografías de Joaquín Cortés, con los brazos en Cruz, tanto de lo mismo.
Culto a Elvis Presley

Y es que la construcción de religiones en torno a ídolos del tipo que sea, de música por, se entregas cinematográficas, de novelas de ficción, se ha convertido incluso en una estrategia de marketing, de mercado para el lanzamiento del producto. Al creador de la saga de la guerra de las galaxias, George Lucas, le recomendaron que creara una religión y se puso manos a la obra, creó la religión Jedi que, por cierto, tiene muchos devotos y seguidores, el ídolo Pop se lanza al mercado con su correspondiente club de fans, es decir, de adoradores, las entregas de Harry Potter, Crepúsculo, el Señor de los Anillos, tanto de lo mismo  

Y en cuanto a sucedáneos posmodernos de la religión, el mundo de los extraterrestres nos ha provisto de un arsenal ¿Cuántas sectas se habrán creado en torno a los extraterrestres, cientos, miles? Una nueva visión del Universo distinta a la bíblica, que concebía el mundo como una tierra plana recubierta de una semiesfera llamada firmamento que servía de tapadera como una quesera, que ha abierto la posibilidad de concebir la existncia de miles de millones de soles y de planetas orbitando a su alrededor no nos ha provisto de mayor racionalidad sino de una nueva mitología adaptada y, con ella, de nuevas religiones y de apariciones. Si antes la que se aparecía era la Virgen ahora son los ovnis los que se nos aparecen.
Culto a Camarón

La religión no siempre ha sido teísta. En sus comienzos fue animalista, una derivación de la palabra animista. La religión, como todas las nociones culturales, ha sido sometida a los avatares del tiempo y de la evolución, se ha ido transformando y adaptando a distintas épocas y circunstancias, pero todas las religiones cuentan con un sustrato común, el de la inserción del hombre en la realidad que más bien es su realidad, su marco de existencia y desarrollo vital. En este contexto, hablar de religión equivale a hablar de mediación.

Es cierto que nuestro cerebro, básicamente proyectivo y finalista, nos predispone a creer, pero tambien es cierto que no estamos condenados a sobrevivir eternamente con esa predisposición e incluso, en determinadas circunstancias favorables, la podemos superar (algunos, por supuesto) aunque no siempre resulta tan sencillo.

Un católico como Chesterton decía que cuando se deja de creer en las religiones establecidas se empieza a creer en cualquier cosa y en parte es cierto; de la crisis de las religiones quienes acaban sacando tajadas son las sectas de todo tipo, sean "New Age", cienciologías, creencias esotéricas, veganismo, homeopatía, moonies, etc que se aprovechan de esta impronta, de esta predisposición a creer. Es algo así como el principio de conservación de la energía según el cual ni se crea ni se destruye, solo se transforma, pues con las creencias sucede tanto de lo mismo. 
Gnosis

El hombre es un ser fuertemente existencial, pasional y proyectivo y el simple conocimiento del funcionamiento causal de las cosas no sacia esas pulsiones existenciales y la búsqueda de sentido, más aún que la de conocer, siempre le llevará a mediar su existencia, sea con religiones seculares, con religiones profanas o con neoreligiones, el caso es sentirse unido y vinculado a empresas comunes.

Si la empresa es la construcción de una nación, ya tenemos fundada una nueva religión con sus correspondientes símbolos sagrados a los que rendir culto, que se llaman banderas, a las que se besa y saluda marcialmente como antaño se hacía con los santos y los crucifijos, ya tenemos sus mártires y santos a los que rendir veneración, las llamar que no se extinguen en honor al soldado desconocido, los monumentos a los caídos, con sus mitos fundacionales según los cuales en la fundación de la nación participaron personajes legendarios con poderes sobrehumanos,  etc, etc, etc.

la transcendencia no es una característica común a todas las religiones sino a determinado grupo de religiones. En las tres grandes religiones monoteístas del libro: judaísmo, cristianismo e Islám, han surgido sus correspondientes ramas gnóstícas. La gnosis, de la que derivan el ascetismo y el misticismo, es un sistema religioso basado en la introspección y la adquisición del conocimiento mediante la iluminación interior y la elevación espiritual.

Los gnósticos cristianos, perseguidos por la Iglesia oficial como herejes, establecieron varios grados de iluminación: El inferior era el de los hílicos, incapaces de ver más allá de la materia, el segundo grado era el de los psíquicos, que atisbaban un mayor nivel de conocimiento, el tercero, el de los pneumáticos, plenamente iluminados por el espíritu y, el último, el estado de plenitud total, el de la gnosis, equivalente al karma en la India (hay que tener en cuenta que la impronta gnóstica es básica en oriente: jainismo, hinduismo, budismo ...) Sin embargo, la corriente que siempre triunfó fue la oficialista, la dirigida por sacerdotes, imanes y rabinos, puesto que también el Islam conoció su variante gnóstica en el sufismo y el judaísmo con la Kábala.

El caso es que junto al transcendentalismo ha funcionado el inmanentismo, muy arraigado en las creencias griegas en las que Dios no es razón transcendente sino inmanente al mundo en un contexto monista. El dualismo cuerpo/alma, sin embargo, no siempre operó en el panorama religioso. La creencia en la resurrección de los muertos que aún se recita en el Credo fue en sus comienzos literal e incluso la nueva Jerusalén predicada por Jesucristo, tras la catarsis operada de forma inminente mediante la llegada del fin del mundo era tambien literal, no un mundo celestial o del más allá.

Existen las llamadas necesidades religiosas, de acuerdo e incluso desde ciertos puntos de vista se considera la religión como un servicio. En algunos planes de ordenación urbanística suelo ver a menudo el concepto "dotacion de espacios para servicios religiosos". Aunque se puede considerar que la necesidad religiosa es una variable histórica y sociológica, no es, ni mucho menos, una constante como el servicio de suministro de agua potable o de recogida y tratamiento de resíduos sólidos urbanos. Aunque hoy día la tecnología, incidiendo en la procura existencial, ha incorporado otras muchas necesidades: el PC domèstico, Internet, el teléfono móvil, etc.






jueves, 3 de enero de 2013

La Ciencia y la Teología en los siglos XVI y XVII

Miguel Servet
Acabo de entrar en un muro de facebook en el que se plantea una cuestión interesante, el de las posturas adoptadas por los científicos y divulgadores en relación a las religiones. En primera línea de la batalla, con un ateísmo comprometido y militante se encuentra el biólogo británico Richard Dawkins. Aunque otros científicos le siguen, unos con posiciones más moderadas que otros, la verdad es que entre el mismo bloque de los científicos no encuentra la misma aprobación.

El mismo y celebrado Peter Higgs ha acusado recientemente a Dawkins de practicar un fundamentalismo antirreligioso. Otros, como el paleontólogo norteamericano Stephen Jay Gould y el español Francisco Ayala son partidarios de cierta convivencia entre ciencia y convicciones religiosas. Lo cual implica que en este punto no existe un consenso sobre si debe existir o no beligerancia en relación a la cuestión religiosa.

Sin embargo, en los albores del pensamiento científico contemporáneo las cosas no se planteaban del mismo modo. He elegido tres científicos, pero no al azar precisamente: Blas Pascal, Isaac Newton y Miguel Servet. Los tres tuvieron una misma cosa en común: sus profundas convicciones religiosas. Fueron científicos y teólogos al mismo tiempo y, como tales, intervinieron activamente en los debates teológicos de su época. 
Blas Pascal

A Miguel Servet le tocó vivir la época de la Reforma Protestante y la Contrarreforma. El situarse en el epicentro de la gran confrontación le costó la vida en la hoguera. Pero antes habría que deshacerse de uno de los tópicos y mitos de la historiografía, esa que lo incluye en las listas de científicos represaliados por la Inquisición Católica y la Calvinista (pues fue condenado por ambas), puesto que Servet murió como teólogo, no como científico. Jamás se interfirió en sus estudios en medicina ni en sus descubrimientos sobre el sistema circulatorio. Lo que acabó con su vida fueron sus posiciones anti-trinitaristas, dogma central de la fe católica.

Blas Pascal, por su parte, se adhirió a la corriente católica más reaccionaria y determinista de su época, el jansenismo de Port Royal, contraria a la postura defendida por los jesuitas, más proclives a la defensa del libre albedrío del jesuita español Luis de Molina. En realidad el jansenismo fue una reactualización del pensamiento de San Agustín de Hipona en polémica contra Pelagio y los pelagianos en el siglo V, pero la ortodoxia declarada en el siglo V se volvió heterodoxia en el siglo XVI.

Isaac Newton, conocido como el más genial científico de todos los tiempos, que revolucionó diametralmente  la física aristotélica imperante en la época fue, aunque parezca paradójico, alquimista y también teólogo adventista y estudioso en profundidad de las profecías bíblicas, en obras como Observations Upon the Prophecies of Daniel and the Apocalypse.
Isaac Newton

¿Podemos juzgar a estos hombres con los criterios de nuestra época? Evidentemente no. Se trataba de hombres de su tiempo. Opino que sus mentes eran bicamerales donde lo teológico y lo científico ocupaban compartimentos estancos que no interferían entre sí. Cuando trabajaba el científico se activaba su compartimento mental científico y cuando lo hacía el teólogo, el suyo propio. Posiblemente, la idea de Gould de los Magisterios que no de Superponen viniese inspirada en el pensamiento de estos hombres de su época, es una simple suposición, no una afirmación.

En cualquier caso, lo que carece totalmente de sentido es afrontar los grandes problemas del presente a los ojos del pasado, pues si bien en la antigüedad el conflicto político se dirimía en el plano exclusivamente religioso en tanto que conflicto religioso, la emergencia de la política como categoría autónoma y laicizada tiene lugar tras las revoluciones del siglo XVIII, que dejan atrás los antiguos dilemas en un contexto de laicismo que traspasa fronteras tanto en la ideología como en filosofía y arte, quedando los poderes religiosos como fuerzas residuales del Antiguo Régimen ante las que no cabe hacer concesiones de ningún tipo.